Esta ha sido mi experiencia como madre de mis primeras semanas con mi hija Abril.
Después de mi parto, Abril estuvo en la incubadora. Fui a verla un par de veces para hacer el piel con piel y probar el agarre del pecho en la sala de la incubadora. No sabia ni como cogerla, era una sensación extraña, difícil de describir. Por una parte me estaban saliendo unos sentimientos muy fuertes y por otra parte me notaba rara. Esa cosita pequeña era mía y había estado en mi barriga todos esos meses. Y ahora la estaba abrazando, viendo sus manos, su pelo, su olor, sus movimientos. La estaba cogiendo fuerte en mi pecho aunque fuera de aquella manera tan fría, entre algún cable, sentada en un incomodo sillón y con enfermeros hiendo y viniendo.
* Su mano y la mía agarrandonos para siempre *
Una vez me trajeron a mi pequeña en la habitación lo primero que pensé fue: Ya estas aquí conmigo para siempre. ¿Y ahora que? De repente me salió el instinto y parecía que lo había hecho toda la vida (más o menos). Se me quitaron los miedos y empiece a dar lo mejor de mi. Me vino una energía y una adrenalina que desde luego tardó días en empezar a bajar.
Como peso tan poquito, hasta que no me subió la leche, fuimos dándole biberones después de que succionara el pecho y de esta manera apenas perdió 100 gramos que recupero enseguida.
Por suerte dentro de todo yo me encontraba bastante bien y solo tenia alguna molestia por los puntos así que fue bastante llevadero recibir visitas en el hospital.
Y llegó el día de irnos a casa. Llegué con la pequeña llorando porque tenia hambre y recuerdo que solo de llegar le di el pecho. Después nos pusimos mi marido y yo a limpiar como locos.
Los días siguientes fueron transitorios, todo había cambiado y estabámos adaptándonos. Nuevos horarios, nuevas rutinas, nuevas preocupaciones, nueva etapa. Llego su primer baño, conocer sus ritmos de sueños... Estábamos adaptándonos a ella y ella a nosotros. Fue relativamente fácil. Era una niña muy buena y además que cambiemos el "chip" muy rápidamente porque en definitiva es ser conciente que hay que dedicar las 24 horas del día a ella.
Es exagerado como cualquier cosa de mi pequeña me preocupaba: Si tiene frío, que si esta amarilla, que porque llora, que duerma bien, que si tiene granos, que coja peso, que porque tiene hipo o porque estornuda... Todo era preocupación por ella y querer que estuviera sana. Iba a las visitas pediátricas con una lista en el bolsillo para preguntarle todas mis dudas.
Me fue muy bien también la lactancia materna. Yo he tenido que usar pezoneras para darle el pecho a mi hija y me fueron muy bien. No me dolió nunca el pecho y Abril se agarraba perfectamente. Además que me salía muy buena cantidad de leche y cogía muchísimo peso.
Los primeros días también son un poco movidos con el papeleo que tienes que hacer y con las visitas de los familiares y amigos.
Y los días iban pasando y de golpe me encontraba de lleno en mi nueva vida como madre. Ahora la madre era yo, y por mucho que imaginara, esperara o pensara como iba a ser, hasta que no estas en la situación viviéndolo no sabes como puede cambiar tanto la vida y como puedes querer tantísimo a alguien.
Pasado el primer mes de vida, Abril empezó a cambiar sus horarios. Empezaba a estar mas ratos despierta y a llorar más. Aprender a entretenerla, a calmarla, a coger nuevos hábitos con ella al principio me agobió y estresó. Hubo días que necesité el apoyo de mi marido más que nunca y días que me encontraba muy cansada y se me hacia mas duro. No todo es bonito. Pero aprendí que es cuestión de ir adaptándome a sus etapas. De ir escuchándola y conociéndola. Y me di cuenta que es algo maravilloso.
Ahora empieza a reírse, a moverse cuando le hablo, a llorar de diferentes maneras para pedir una cosa u otra. Han llegado sus primeras vacunas, su caída de pelo, cambio de ropa a una talla más,... Y esta cambiando de recién nacida a bebé. Estoy deseando que vayan pasando los días para seguir disfrutando de ella y ver como va creciendo y aprendiendo.
Continuará...
* Mi pequeña Abril y yo *
Cuando estamos embarazadas nadie nos explica que convertirse en madre puede ser muy duro y cansado. Todo el mundo habla de las cosas buenas pero callan las cosas no tan buenas que conlleva la maternidad, sobretodo durante los primeros meses, cuando la realidad es que tenemos un bebé que nos demanda día y noche y puede resultar agotador. Sin embargo y como bien dices, también es algo maravilloso mimar y cuidar a ese precioso ser que hemos creado y que nos llena de tanta felicidad y amor. La maternidad es increíble! Felicidades por el blog y tu sinceridad!
ResponderEliminarRealmente no sabes a que situaciones has de enfrentarte hasta que no tienes a tu bebé en casa dia tras día. Que fuertes somos las mamás (y muchos papás).
EliminarGracias por tu comentario!!!